¿Sabes cuál es el objetivo a la hora de tratar a nuestros clientes?
Que no vuelvan.
En el Masaje Más Vale Ciento Volando Que Pájaro en Mano
Y no tienen que volver porque debemos ser capaces de solucionar sus problemas desde la raíz, desde sus causas, para así que ese dolor no solo mejore sino que desaparezca y no vuelva nunca.
Y si el dolor no vuelve nunca, nuestro cliente no volverá.
¡OJO! No volverá por ese dolor concreto, pero seremos su primera elección cuando tenga otro dolor o problema, o cuando tenga que recomendar un terapeuta para cualquier persona.
En el futuro trabajar de este modo no hará más que beneficiarnos
Nuestro objetivo en cualquier tratamiento es hallar cuáles son las causas primeras de un dolor, y enseñar a nuestros clientes cómo pueden evitar llegar a esa tensión muscular tal que acaba produciendo molestias.
Así, los trataremos las veces que haga falta, pero llegará un momento en que la dolencia desaparecerá y, si hemos hecho bien nuestro trabajo, no volverá.
Pero ¿No Es Esto que Planteas un Sinsentido?
Y sí, es un sinsentido en cierto modo, ya que los masajistas vivimos de que nuestros clientes vuelvan a nuestra consulta.
Y aquí entra en juego qué prefieres: ¿pájaro en mano o ciento volando?.
Ciento Volando
Ciento Volando sería intentar hacer lo que hemos comentado, hacer el mínimo número de sesiones y que el cliente no vuelva a tener ese problema, logrando así una alta satisfacción del cliente.
Y aunque en el corto plazo el dinero que obtengamos no sea mucho, se supone, si el equilibrio universal y el karma o como lo queráis llamar funcionan, que en el futuro trabajar de este modo no hará más que beneficiarnos, aumentando el número de clientes, nuestro prestigio profesional y nuestra fama como terapeutas
Y con ello, por supuesto, los beneficios económicos.
Trabajar de este modo, eso sí, requiere más preparación, más formación, etc., lo cual supone más tiempo de dedicación y dinero, ya que tenemos que financiar nuestra propia formación.
Pájaro en Mano
Pájaro en Mano sería hacer un masaje, y otro, y otro… y así hasta que el cliente se canse, que normalmente se acaba cansando.
En el corto plazo esto nos trae más dinero a nuestra caja de caudales, pero a la larga se supone que, ya que no estamos solucionando los problemas de nuestros clientes más que unos pocos días, sin dar nunca una solución permanente, no conseguiremos más que ver reducida nuestra lista de clientes.
Aquellos que eligen este camino puede que lo hagan por dos razones: porque no pueden hacer otra cosa, ya que no tienen la formación adecuada para ser capaces de solucionar de manera permanente los problemas de sus clientes, o porque quieren llenar las arcas de manera rápida.
Esto si, por supuesto, eres capaz de hacer que tus clientes vuelvan, vuelvan y vuelvan, lo cual requiere ser un muy buen comercial de ti mismo, tener un alto poder de persuasión, etc.
En Escuela Quiros Lo Tenemos Claro: Honestidad Ante Todo
En nuestro caso elegimos la primera opción, la de los ciento volando, porque somos capaces de resolver permanentemente los problemas de nuestro clientes, y por una muy sencilla razón: NOS PARECE LO MÁS HONESTO.
Puede que no nos hagamos ricos, pero al menos llegaremos a la tumba con la conciencia muy tranquila.
¿Y tú? ¿Qué prefieres? ¿De qué eres capaz?
Esperamos tus comentarios.
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