En el mundo del masaje y las terapias naturales, cada detalle cuenta para proporcionar una experiencia de calidad y asegurar el bienestar de nuestros clientes.
Un aspecto crucial que a menudo se pasa por alto es la postura, tanto del cliente como de ti como terapeuta.
Este elemento, aunque aparentemente simple, puede marcar una gran diferencia en la efectividad del tratamiento y en la comodidad general durante la sesión.
Más que una Cuestión de Confort
La postura en el masaje no es solo una cuestión de comodidad, sino que es una parte esencial para garantizar que las técnicas se apliquen correctamente y que tanto el cliente como el terapeuta eviten molestias innecesarias.
¿Sabías que una mala postura puede causar dolores adicionales y tensiones musculares?
El mejor ejemplo es el caso de los clientes que, incluso disponiendo de una camilla con agujero facial, se acuestan boca abajo con la cabeza girada hacia un lado, creándose a ellos mismos una situación de incomodidad durante el tratamiento.
De este modo, debemos vigilar constantemente la postura de nuestros clientes, no sólo al incio del tratamiento sino durante todo el tiempo que dure, cerciorándonos de que mantengan una postura que cumpla estos dos requisitos:
- que les asegure comodidad y que les proteja de molestias futuras
- que nos permita realizar las técnicas de tratamiento con comodidad
Pero no sólo hemos de vigilar la postura de nuestros clientes, ya que debemos prestar atención a nuestra propia postura para evitar lesiones a largo plazo y mantener nuestra pasión por esta profesión.
Así, es especialmente importante que vigiles dos factores que son clave:
- la altura de la camilla: si la camilla está muy alta debemos hacer mucha fuerza con los brazos, si está muy baja tendremos que agacharnos mucho, así que debemos tener la camilla a la altura justa para que no nos tengamos que agachar y que nos permita aprovechar el peso de nuestro cuerpo para generar más presión para nuestras maniobras.
- la distancia a tus manos: siempre debes estar cerca de tus manos, moviéndote por los laterales de la camilla para asegurar siempre esta cercanía, porque si no mueves el cuerpo y tus manos acaban lejos de tu cuerpo no te quedará otra que agacharte, y no queremos lesionarnos la espalda.
¡Sigue leyendo para descubrir cómo pequeños ajustes pueden mejorar enormemente tus sesiones de masaje!
Beneficios de una Postura Correcta y Cómo Lograrla
Para el Cliente: La postura del cliente es fundamental para permitir un acceso óptimo a las zonas que necesitan tratamiento. Una posición incorrecta puede dificultar la aplicación de maniobras específicas, como movimientos de amasamiento o presión profunda, y generar tensión adicional. Por ejemplo, cuando un cliente gira la cabeza de lado en lugar de usar el agujero facial de la camilla, puede experimentar dolor cervical al finalizar la sesión. Para evitar esto, asegúrate de que tu cliente esté adecuadamente alineado y cómodamente apoyado.
Consejos Prácticos:
- Comunicación: Antes de comenzar, explícale al cliente la importancia de una buena postura y cómo debe colocarse. Pregunta si está cómodo y ajusta la posición si es necesario.
- Uso de Cojines y Apoyos: Utiliza cojines o toallas enrolladas para apoyar áreas como los tobillos o las rodillas. Esto ayuda a mantener una postura neutra y reduce la tensión.
- Verificación Constante: Durante el masaje, verifica que el cliente siga estando en una posición cómoda y adecuada. Hacer pequeños ajustes puede marcar una gran diferencia.
Para el Terapeuta: Tu postura como terapeuta es igualmente crucial. Una posición correcta no solo te ayuda a aplicar las técnicas de manera más efectiva, sino que también te protege de lesiones a largo plazo. Los terapeutas suelen sufrir de problemas en la espalda, cuello y muñecas debido a posturas incorrectas durante las sesiones.
Técnicas para Mejorar la Postura:
- Mantén una Buena Postura: Asegúrate de que tus pies estén firmemente plantados en el suelo, con las rodillas ligeramente flexionadas. Mantén tu espalda recta y usa tus piernas, no tu espalda, para aplicar presión.
- Uso de Herramientas: Considera utilizar taburetes ajustables y camillas con altura regulable para adaptar la sesión a una postura ergonómicamente correcta.
- Cuidado Personal: Realiza ejercicios de estiramiento y fortalecimiento regularmente para mantener tu cuerpo en forma y prevenir lesiones.
Conclusión: El Poder de una Buena Postura
La postura en el masaje es un factor determinante para la efectividad del tratamiento y la satisfacción del cliente. Una postura correcta no solo permite una mejor aplicación de las técnicas, sino que también contribuye a una experiencia más cómoda y placentera. Además, cuidar tu propia postura como terapeuta es fundamental para disfrutar de una carrera larga y saludable en este campo.
Para más consejos y técnicas sobre cómo mejorar tus sesiones de masaje, te invitamos a ver nuestro vídeo especial sobre este tema (enlace a insertar manualmente). ¡No olvides suscribirte y compartir este artículo con tus colegas para que todos puedan beneficiarse de estos consejos!